Agentes de la Policía Nacional de Valladolid investigan a un mujer, de 50 años de edad, como presunta autora de un delito de maltrato animal contra un perro, a quien le colgaba la lengua y el labio por la ausencia del hueso de la mandíbula y tenía la movilidad reducida debido a la deformidad de sus patas. Actuación que comenzó tras ser recogido el can por una voluntaria de una protectora de animales en el centro de la ciudad, según fuentes policiales.
Tras ello, el veterinario comprobó con el lector de microchip que tenía dueña y fue trasladado al centro municipal. La asociación protectora consiguió que el animal fuese cedido voluntariamente por su propietaria para prestarle asistencia veterinaria inmediata.
Del informe veterinario se pudo determinar que el can tenía una fractura antigua mandibular, con nudos de pelo adheridos a la piel cubriendo los ojos por completo, presencia de pus en la boca y una ligera anemia. El perro permaneció ingresado en la clínica cinco días y tuvieron que extraerle todas las piezas dentarias.
Los agentes, tras analizar los informes veterinarios, concluyeron que el animal presentaba signos evidentes de grave desatención con menoscabo físico severo ya que no se le había suministrado la asistencia veterinaria necesaria.
Al mismo tiempo la voluntaria de la asociación manifestó a los agentes que la investigada le había dicho que no llevó al perro al veterinario porque «era mayor y como se iba a morir, no estaba padeciendo ningún dolor».
De igual modo, el centro de protección animal ha confiscado cautelarmente al segundo perro que tiene la investigada en su domicilio del centro de Valladolid. La investigación ha sido llevada a cabo por agentes de la Comisaría de Distrito de las Delicias de la Comisaria Provincial de Valladolid.