La modernización de las 2.619 hectáreas del Canal del Campillo de Buitrago (Soria), que previsiblemente entrarán en producción en 2023, arrancó hoy en lo que a su tramitación se refiere, tras la firma de dos convenios para ejecutar estas obras en las que se invertirán 19,6 millones de euros y que beneficiará a 688 propietarios comuneros de la zona.
La delegada del Gobierno en Castilla y León, Mercedes Martín; el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, el director general del ITACyL, Jorge Llorente, el presidente de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa), Alejandro Alonso, el presidente de la Comunidad de Regantes, Alberto García, así como los alcaldes de los municipios afectados por las obras: Buitrago, Fuentecantos, Fuentelsaz de Soria, Garray, Renieblas y Velilla de la Sierra, estuvieron presentes en la firma de los convenios.
Mercedes Martín subrayó que estas obras, en las que el Gobierno, a través de Seiasa, invertirá el 74 por ciento de inversión, permitirán rentabilizar un bien escaso como es el agua y permitirá mayores producciones y cultivos alternativos, como fórmulas para atraer a nuevos pobladores y apoyar al sector primario de Soria.
La actuaciones previstas cuentan con financiación de Fondos Feader y están contempladas en el convenio marco entre el Gobierno central y la Junta de Castilla y León para la realización de obras de modernización de regadíos en esta Comunidad autónoma. La aportación de Seiasa, un total de 14,5 millones, se suma al 26 por ciento restante, 5,1 millones, a cargo del Instituto Técnico Agracio de Castilla y León (Itacyl).
El consejero de Agricultura de la Junta subrayó que actualmente se redacta el proyecto por parte de Seiasa y en un corto período de tiempo, toda vez que concluya este proceso, se licitará la obra, y agregó que la Consejería trabaja en la concentración parcelaria de la zona. “Castilla y León es la única Comunidad que aporta el 26 por ciento del coste del proyecto, lo que supone que los regantes no tengan que hacerlo”, remarcó.
Al respecto, el consejero aclaró que, además de los 5,1 millones que la Junta destina a la modernización, también aportará 1,3 millones para las obras de concentración parcelaria, paso previo que exige la modernización.
“Desde el punto de vista medioambiental la modernización supone reduccir entre el 20 y el 25 por ciento de consumo agua; desde el económico, aumenta el 33 por ciento del valor de las explotaciones; y desde el punto de vista social se permite una mayor incorporación de los jóvenes al campo y tres veces más de densidad de población”, argumentó.
Las obras consisten en la sustitución del actual sistema de riego por gravedad por una red de riego presurizada. El Itacyl se encargará de la ejecución de las instalaciones de bombeo y Seiasa ejecutará las obras de regulación, la red de distribución de riego, además de otras instalaciones y los automatismos.
El presidente de la Seiasa, Alejandro Alonso, resaltó que la firma de convenios entre varias administraciones y el impulso de los propios regantes se ha convertido en “una fórmula de éxito”, y agregó que en Castilla y León es “donde más obras de modernización se están ejecutando de todo el país”, con una inversión que supera los 100 millones de euros. “La modernización es un pilar básico de la Política Agraria y una garantía para luchar contra la despoblación”, dijo.
El director de Itacyl, Jorge Llorente, adelantó que la modernización de los terrenos permitirá diversificar los cultivos y ligó la actuación a la industria alimentaria, que podrá beneficiarse de los mismos, lo que es, continuó, “sinónimo de riqueza”. Las dos administraciones confían en que las obras se liciten el próximo año y finalicen en 2023.
Mercedes Martín recordó que “en diciembre del pasado año se consiguió que esta actuación fuera elegida por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación tras la ampliación de capital de Seiasa autorizada por el Consejo de Ministros”. Con aquella decisión, el regadío del Canal de Campillo de Buitrago se sumaba a las seis obras de modernización que la sociedad estatal tiene actualmente encomendadas en Castilla y León. Se unía así a los del Canal del Pisuerga, en Palencia; Canal del Páramo, en León; Canal del Páramo Bajo, en León y Zamora; Canal de Pollos, en Valladolid; canal de Zorita, en Salamanca, y a la del Canal de Castronuño, en Valladolid.
La delegada del Gobierno subrayó que la modernización de los regadíos es un motor de desarrollo y un elemento esencial para combatir la despoblación, el principal problema que azota a esta provincia y también al resto de Castilla y León.
“La modernización permite la optimización del uso del agua, con un ahorro de casi el 25 por ciento, por lo que se puede afrontar con más garantías el riego en periodos de sequía. También reduce la contaminación difusa puesto que en estos regadíos es necesario abonar una cuarta parte menos. Además, mejora la rentabilidad de las explotaciones puesto que es un 35 por ciento más barato regar en las zonas modernizadas”, indicó.
Por último, manifestó que en estas zonas se abre un abanico mucho más amplio de posibilidades de cultivos alternativos y está demostrado que se incorporan más jóvenes en aquellas zonas que han acometido obras como las que se van a realizar en el Canal de Campillo de Buitrago.