El Comité de Empresa de Galletas Siro de la fábrica de Toro (Zamora) anunció hoy una huelga para los días 26 de mayo y 2, 16 y 23 de junio, con paros de dos horas al inicio de cada turno, es decir, de 6.00 a 8.00, de 14.00 a 16.00 y de 22.00 a 24.00 horas, después de que resultasen infructuosas las negociaciones con la compañía. “Después de llevar año y medio negociando y de haber tenido mediación en el Serla y ante la postura inmoviliza de la empresa, nos hemos visto obligados a ir a la huelga”, afirmó la presidenta del Comité, María José de la Iglesia.
“Desde el principio de la negociación, le dejamos claro a la empresa que no íbamos a negociar nada que fuera perder derechos laborales que ya teníamos adquiridos y, aun así, hemos tenido innumerables reuniones en las que nos ha tocado pelear por conservar lo que ya teníamos, como la antigüedad, los incrementos de pluses e incrementos en categorías”, enumeró.
En este contexto, María José de la Iglesia tildó de “ridícula” la subida salarial propuesta por la empresa. “El origen del conflicto es el incremento salarial: un 0,8 que nos ofrecen para 2020 y un 1,2 que nos ofrecen para 2021, viniendo de un convenio en el que teníamos un 1,75. Lo consideramos inaceptable puesto que, a cambio de esta ridícula subida, tendríamos que aceptar modificar condiciones laborales que supondrían una pérdida económica muy importante para los trabajadores, que se podrían ver afectados por cambios de turno”, explicó.
La presidenta del Comité de Empresa, quien hizo estas declaraciones en los locales de CSIF, en la capital zamorana, recordó que los trabajadores ofrecieron tres propuestas en la mediación del Serla, que no fueron aceptadas. “Desde un 1,5 con condiciones hasta un 1,95 y un 1,85 pero no han aceptado ninguna. Ellos se han quedado inmóviles en esa propuesta que nos han dado y de ahí no salimos”, indicó “Consideramos que la situación no es mala, puesto que el año pasado, siendo una empresa de alimentación, nos vimos abocados a un ERTE y los que perdimos fuimos nosotros. Este año, la situación no es mala”, apuntó.
En este contexto, De la Iglesia consideró que el “principal problema” radica en que la empresa “quiere una flexibilización” de las vacaciones. “No estamos dispuestos a dárselas gratis. Precisamente, porque esa flexibilización les iba a permitir cambiar de turnos a trabajadores que están ahora cobrando una cantidad importante de dinero a un turno y que iban a perder una capacidad adquisitiva muy importante. Ahí estamos enrocados, que no salimos”, sentenció.
“Ahora mismo, en la fábrica de Aguilar están negociando el convenio y están teniendo los mismos problemas. Han ido ya a mediaciones, han roto negociaciones y la empresa está parecida o igual que con nosotros, inmóvil. De momento, contemplamos estos días que tenemos. Luego, llegan las vacaciones y, si esto no se soluciona, seguiríamos en septiembre, a lo mejor, con medidas más fuertes”, advirtió.