El presidente de la Diputación de Segovia, Miguel Ángel de Vicente, cumple su primer año en el cargo que le ha supuesto “un aprendizaje continuo” y “a marchas forzadas” en la lucha contra el COVID-19. Siente que la provincia ha dado “una lección en colaboración y solidaridad”, a la vez que reclama la “prevención y atención sanitaria en cada localidad”, una “mejora importante, tangible y urgente” en el transporte sanitario y “el dimensionamiento, proyecto y presupuesto” de una segunda infraestructura hospitalaria” porque la salud “no entiende de colores políticos”.
¿Cómo ha sido tener afrontar la pandemia del COVID-19 tan demoledora en esta provincia?
Un aprendizaje continuo. Ha sido duro y lo está siendo. Antes que presidente de la Diputación soy persona, no estábamos preparados para recibir noticias tan duras, amigos a los que no poder despedir y el duelo sin apoyo. Circunstancias realmente complicadas de las que tenía que abstraerme para gestionar situaciones nuevas a cada minuto y dotar de recursos y posibilidades a carencias de todo tipo. Las personas fueron una prioridad y destaco la atención a los mayores en los pueblos y en las tres residencias. Los usuarios, trabajadores y familiares han sido el centro de todas mis decisiones al ser consciente de que eran el primer dique de contención del virus. Si esto no hubiera funcionado, se podían haber complicado mucho más las cosas. Otro de mis quebraderos de cabeza, procurar ayuda a los alcaldes y los concejales, que han estado al pie de la calle desviviéndose por sus vecinos en circunstancias desconocidas para ellos.
¿Y cómo alcalde de su municipio, Collado Hermoso?
Como alcalde de un pequeño pueblo en el que conocemos el nombre de todos los vecinos, he visto cómo hemos vuelto a vivir conforme a lo que siempre implicó hacerlo en un entorno así, volviendo a contar, a mirar, a preocuparnos por lo cercano, por el vecino de al lado. Por suerte, el virus ha pasado de re filón por Collado Hermoso, pero sí ha habido familias o vinculados que lo han vivido muy de cerca. Junto a los concejales les hemos dado apoyo a todos ellos, procurando que tuvieran cubiertas sus necesidades. La desinfección de nuestras calles y sitios públicos, el cuidado del comercio de cercanía que no ha fallado un solo día, ni el material de protección.
¿Qué puede hacer para lograr que la provincia esté más preparada ante un rebrote importante este verano o en el otoño?
Hemos aprendido a marchas forzadas y debe servir para afrontar posibles rebrotes con serenidad y tranquilidad. Sobre las muchas carencias en la cadena asistencial, está bien que mientras la alarma sanitaria persista y como medida preventiva, se reorganice la Atención Primaria en los pueblos, pero en ningún caso este cierre de algunos consultorios locales puede ser definitivo, una vez que el personal sanitario haya tenido sus descansos y pase la época estival. La prevención y atención en cada localidad debe ser prioritario en la organización sanitaria. A partir de ahí, una mejora importante, tangible y urgente en el transporte sanitario; el dimensionamiento, proyecto y presupuesto de una segunda infraestructura hospitalaria. Reclamación permanente en la aportación que se necesite para incorporar la realidad territorial y sus necesidades, así como en su agendado político y presupuestario, estará siempre la Diputación, desde sus competencias, pero también desde las necesidades de los vecinos y la obligación de ofrecer unos servicios públicos de calidad. Cuando hablamos de salud, hablamos de vida y ésta no entiende de colores políticos.
¿Qué le están reclamando los alcaldes como aspectos prioritarios para los próximos meses?.
Hemos tenido con ellos un contacto permanente, con mucho trabajo avanzado. Desde la Diputación no hemos bajado el ritmo ni un minuto en ninguna de nuestras áreas y eso ha hecho que las necesidades de los pueblos en materia de empleo, acondicionamiento de caminos, calles, carreteras, abastecimiento, etc… pueda estar al nivel de otros años, incluso incrementada en varios ámbitos inversores. Su preocupación mayor es garantizar la seguridad en sus municipios durante los meses de verano y, para ello, están contando con nuestro asesoramiento y apoyo. También la limpieza y desinfección de los espacio públicos, como próximamente de espacios educativos, es una cuestión que preocupa. Pero también hay una reclamación permanente de que no se menoscaben ni supriman los servicios públicos en nuestros pueblos, como ya he comentado.
A nivel más personal, todos hemos y sentido que hay un antes y un después de la pandemia. En su caso, ¿cómo lo resumiría?
Sensaciones enfrentadas. La pandemia ha sacado de la gente con una provincia que ha dado una auténtica lección en colaboración y solidaridad y la implicación de todo el mundo pone la piel de gallina, pero no puedo olvidar los complicados momentos. La dureza en la gestión diaria queda en un segundo plano cuando te enfrentas a la crudeza de la enfermedad y la muerte. En los viajes de ida y vuelta desde la Diputación, no se me olvidará nunca que lo único que me cruzaba en la carretera eran ambulancias y coches fúnebres. Después, los vehículos de la UME y el SAMUR. Un antes y un después en todos los sentidos, pero al final lo que nos duele son las personas: sus ausencias, sus historias, sus comportamientos y su capacidad para sacar adelante un escenario inimaginable en el antes. Personalmente, me ha hecho ser consciente de la libertad personal, de la fragilidad de nuestro entorno, de la fortaleza de la sociedad y de la debilidad de los individuos.
¿Cree que fue una decisión acertada ser presidente y diputado responsable del Área de Servicios Sociales?
No solo sigo convencido de que fue una decisión acertada, sino que la situación que hemos vivido a causa de la crisis sanitaria la refuerza aún más. Confío en la valía de todos mis compañeros pero gestionar esta circunstancia sin tener un conocimiento profundo de la estructura de los Servicios Sociales de la provincia, hubiera sido para cualquiera de ellos una empresa muy difícil de salvar. Creo que las cosas suceden o se adoptan por algo que a veces ni llegamos a conocer y, si yo tomé esa decisión en su momento, fue precisamente porque, después de tantos años siendo el responsable de esta área, conozco perfectamente la complejidad de su funcionamiento. Cuando hablamos del bienestar y de los derechos de las personas, no puede haber medias tintas. Soy un hombre de cumplir mis compromisos, por supuesto que continuaré hasta el final.
¿Con qué frases definiría, al margen del coronavirus, estos primeros doce meses como máximo responsable de la Diputación Provincial?.
Con las que acabé mi discurso de investidura, “Machado dijo: nunca perdáis contacto con el suelo, porque solo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura (… ) Prometo no rendirme ante la adversidad; trabajar con sensatez, ilusión, honestidad y responsabilidad. Y siempre desde el diálogo. Me debo a los segovianos y a mi provincia, me pongo a su disposición y ofrezco mi esfuerzo y trabajo incansable para conseguir una Segovia mejor”. Y a pesar de la pandemia, e incluso con ella, en eso estoy yo y está mi equipo, y lo estaremos durante toda la legislatura.
¿Cómo serán las líneas generales de los presupuestos provinciales de 2021?. ¿Seguirá teniendo un peso específico el Plan ‘Segovia, provincia ReActiva?.
El programa y los seis planes que lo definen, fueron creados desde la reorganización presupuestaria ya que, con motivo de la pandemia y la situación de confinamiento y prevención, redimensionando todas las actuaciones previstas a últimos de 2019. A partir de ahí, su dimensión temporal concluirá en 2020 y los presupuestos para 2021 tendrán que tener en cuenta el nuevo paradigma político y social, con la influencia de las medidas sanitarias que puedan estar vigentes y seguirá siendo un proyecto de equipo en el que primarán las necesidades reales de los pueblos y sus vecinos. Creando oportunidades en el territorio porque las personas seguirán siendo el epicentro de las políticas públicas de la Diputación. En este nuevo escenario, habrá que estar muy atentos a los recursos financieros con los que se pueda contar en cada momento, porque la pandemia sanitaria seguro influirá en una bajada de los mismos.
¿En qué proyectos se podrá poner el acento, en las distintas áreas de la institución provincial, durante el segundo año del mandato corporativo?
Marqué líneas muy claras en el discurso de investidura y las seguiré hasta el final, incorporando la contingencia sanitaria y el nuevo paradigma político y social que surge de esta realidad. Muchas de las actuaciones que reclamé hace doce meses han cobrado más fuerza y más urgencia si cabe. La conectividad digital; el incremento en los recursos inversores para los ayuntamientos con planes extraordinarios de inversión y empleo; la Administración Electrónica; puesta en valor de lo propio desde las tradiciones y la cultura, agua de calidad y la depuración de aguas residuales. Alinearemos el presupuesto de la mano de la Agenda 2030 con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que son de sentido común y lo que se consiga, debe partir también del impulso local y de la cooperación y colaboración entre administraciones. En definitiva, una oportunidad y trataremos de sentar las bases para lograr en esta parte de la ‘España vaciada’, una provincia de Segovia deseada.