La médico de familia Carmen Castaño Yubero, del Área de Salud ‘Segovia Rural’, afirmó, en una carta abierta, que en estas tres semanas y media de crisis y caos, la mayor parte del mundo sanitario ha estado en primera línea, “haciendo un esfuerzo más allá de lo humanamente posible” y, lo hacen simplemente porque “hemos elegido la profesión más bonita del mundo, que es ayudar a quien lo necesita”.
En esta carta abierta, remitida por la Federación de Servicios Públicos de UGT Segovia a los medios, la doctora Castaño remarcó que nadie supo ver “la llegada de ese enemigo invisible”, que es el Covid-19, que “ha conseguido poner patas arriba nuestra forma de vida”. En su opinión, “hemos fallado todos” y “han fallado muchas cosas” como los sistemas de alerta epidemiológica, la OMS o los servicios de inteligencia. En Europa, subrayó, los creíamos “a salvo” y, de pronto, hemos sido conscientes de que “somos vulnerables y frágiles ante una situación que nos supera”.
Carmen Castaño resalta el esfuerzo del que ha sido testigo de tantos compañeros y compañeras para intentar “poner orden en el caos”, trabajando los siete días de la semana, las horas que sean necesarias, consolando a quien lo necesita, en definitiva, “esforzándose al máximo para ayudar a pacientes y familias, superando su propio miedo al contagio”.
Sanitarios que están en primera fila, luchando contra el maldito coronavirus, “llorando de impotencia y de agotamiento”, además de tener que hacer “el enorme esfuerzo de dejar su casa y a sus familias para protegerla … porque nadie corre más riesgo de infectarse que nosotros”.
En su carta abierta, la médico de familia también tiene palabras de reproche para “otras personas, que no diré compañeros, que equivocaron su profesión”, ya que se dejaron llevar y paralizar por el miedo. “Egoístas que buscan excusas que nadie les ha pedido y que han encontrado en la huida su vía para escapar. Allá cada cual con su conciencia. No merece la pena dedicarles más palabras. Está claro que no han entendido la esencia de la medicina”, sentenció.
La doctora Castaño prefirió quedarse con el homenaje y la gratitud por el sentido del deber, así como por “la humanidad, la responsabilidad, la solidaridad, la entrega, la honestidad, el esfuerzo, la compasión, el trabajo y el amor para todas esas personas a las que puedo llamar con orgullo compañeros y compañeras”.