Castilla y León se sitúa a la cola en cuanto a las retribuciones que reciben los docentes por su trabajo. Así, según un estudio elaborado por Comisiones Obreras, un maestro cobra un 6,5 por ciento menos que en Cantabria, lo que supone unos 2.500 euros, y en Euskadi esa cifra se eleva a un 11,5 por ciento, lo que supone más de 4.000 euros. En el caso de secundaria la cifra se eleva a 3.000 euros en Cantabria y 6.000 en Euskadi.
De acuerdo con estas cifras, tal y como detalló el secretario de la Sección Sindical de Enseñanza Pública no universitaria, Aurelio Iglesias Villanueva, Castilla y León ocupa el cuarto lugar de los sueldos más bajos en los cuerpos de maestros y profesorado técnico de Formación Profesional y el segundo por la cola en el cuerpo de profesores de Enseñanza Secundaria, solo superado por Aragón.
“Estamos a la cabeza de calidad educativa según los informes PISA pero la administración no recompensa la labor docente mejorando sus condiciones laborales, entre las que urgen el salario, la carga lectiva y su estabilidad”, apuntó Iglesias Villanueva.
Por este motivo, desde el sindicato exigieron a la Consejería de Educación de la Junta que cumpla con el acuerdo firmado en 2006, en el que se obliga a establecer una comisión de seguimiento y una revisión a los salarios que garantice que los sueldos docentes en Castilla y León se equiparan a la media de los sueldos docentes en el resto de comunidades para que el profesorado “recupere su poder adquisitivo”.
De igual manera, el secretario general del Sindicato de Enseñanza de Comisiones Obreras de León, José Antonio Alegre, también hizo alusión a las horas semanales del profesorado y lamentó que, a pesar de existir un acuerdo firmado, tan solo se ha logrado llegar a 24 horas en el cuerpo de maestros, frente a las 23 óptimas, y a las 19 en secundaria, mientras que serían necesarias 18. Ante ello, también exigió que se cumplan los acuerdos recientemente firmados que tratan de “revertir la situación” y se puedan recuperar las 35 horas firmadas en su momento.
A esta situación, José Antonio Alegre añadió la falta de “estabilidad” debido al “alto índice de profesorado interino”, lo que “impide el desarrollo de proyectos”, así como la “deficiente dotación de plazas estructurales que garanticen continuidad al trabajo”.
Asimismo, el sindicato lamentó la “excesiva carga burocrática a la que se ve forzado el trabajo más allá de la atención directa de las aulas” y el “maquillaje de administración para ocultar la falta de recursos”.
Por todo ello, Alegre pidió a la nueva Consejería de Educación una “respuesta efectiva que repercuta de verdad en la mejora de las retribuciones y las condiciones del profesorado”, quienes “se lo han ganado en la pandemia”, y se mostró “expectante” de que esto ocurra, al tiempo que advirtió que el sindicato estará atento a que “el nuevo acuerdo firmado sea efectivo”.