El Ayuntamiento y la Diputación de Salamanca organizaron una exposición retrospectiva en la Torre de los Anaya para celebrar el centenario del nacimiento del escultor Agustín Casillas, que el 2 de octubre hubiera cumplido 100 años. Las instituciones salmantinas contaron para su montaje con la colaboración de los hijos del artista, Antonio y Lydia, presentes en el acto inaugural celebrado este martes.
El acalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, recordó que Casillas es “uno de los grandes escultores de la historia de esta tierra” y que “aún continúa sorprendiendo a miles de personas cada día”. El regidor recuperó su recuerdo y afirmó que “sigue vivo” en la memoria de los salmantinos gracias a que “con sus obras esculpió parte del paisaje urbano de su querida Salamanca”.
Entre ellas, el regidor destacó el medallón de Cervantes de la Plaza Mayor, el monumento al Lazarillo de Tormes junto al Puente Romano, la Celestina, del Huerto de Calixto y Melibea, la escultura a Rafael Farina junto al Palacio de Congresos y Exposiciones o las diferentes obras que radican en el parque de La Alamedilla, evocando recuerdos de su juventud. “Desde nuestra más tierna infancia, su talento nos ha venido acompañando y ah sido reconocido con numerosos premios a lo largo de su trayectoria”, destacó.
Según subrayó el regidor, la a exposición incluye obras conocidas y otras inéditas, como la última que esculpió, titulada ‘Alegoría de Salamanca’. “Agustín Casillas destacó por su humanidad y afabilidad, es un salmantino universal y, por ello, quiero agradecer a sus familiares el esfuerzo y el cariño que han puesto en esta exposición, participando con el cuidado de la luz y de los espacios y mostrando esa preocupación tan íntima de quienes han seguido la trayectoria de su padre desde el taller familiar”.

A continuación tomó la palabra el presidente de la Diputación de Salamanca, quien agradeció a los familiares que permitan “seguir disfrutando de la obra de Agustín Casillas” a los salmantinos y quien definió como “un place y un orgullo” la colaboración de la Salina en la muestra. “No es una exposición más. Es el centenario del nacimiento de un escultor irrepetible. Uno de los artistas más emblemáticos y que nos dejó hacer cinco años. Es la primera exposición tras su fallecimiento, así que hoy le rendimos el mejor de los homenajes”, manifestó Iglesias.
El presidente de la Diputación destacó que “Salamanca es el mejor de los museos”, pues su recuerdo permanece en las calles a través de sus trabajos. “Hoy, aquí, ofrecemos al conjunto de los salmantinos la oportunidad de completar ese recorrido artístico, quizá con la parte más intimista de Casillas, conociendo obras que no podemos ver todos los días. Proponemos un encuentro íntimo con el artista”, sostuvo.
El mandatario de la Salina definió al artista como “un humanista, gran observador, y capaz de escultor de memoria”, además de ser un “trabajador incansable”. En este punto, Iglesias comentó que Casillas contaba el estrés que le produjo dar forma a una Minerva de 2.000 kilos de piedra y que le ocasionó un grave problema de salud y recordó cómo acudía a su taller regularmente pasados los 90 años. “Estad orgullosos de vuestro padre. Solo esperamos que esta exposición pueda estar a la altura para agradecerle todo lo que él ofreció a su ciudad y provincia”, manifestó, dirigiéndose a sus hijos.
Finalmente, intervino su hijo, Antonio, quien agradeció “la sensibilidad de las instituciones” a la hora de exhibir la obra de su padre. “El país necesita una mirada ‘casillesca’ que ayude a tamizar esta mirada marrullera de la actualidad. Casillas, nuestro padre, tenía una perspectiva sobre la realidad del momento y era capaz de realizarlo en su obra. Forma parte de nuestra cultura, de nuestra memoria sentimental. Aquí hay una parte de su legado. Un gran trabajo que pide a gritos una ubicación definitiva, un museo que no nos cansaremos de reivindicar”, sentenció.