El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, condenó hoy en Valladolid la manifestación nazi que tuvo lugar este fin de semana en el madrileño barrio de Chueca, asegurando que “los bárbaros e indeseables no caben en la sociedad madrileña”.
Por ello, y ante este tipo de actuaciones que calificó como “odio” y por las que se alegró de que la Fiscalía haya abierto diligencias “para investigar si pueden alcanzar la categoría de delito”, apeló a la unidad y a la “no utilización partidista”, tendiendo la mano al Gobierno para que “actuaciones como esta no se vuelvan a producir”.
Además, el alcalde de Madrid exculpó a la delegada del Gobierno y no consideró que deba dimitir porque “el que sepa de Derecho sabe que no autorizó esta marcha, sino que solo hubo una comunicación previa y los requisitos para desconvocarla son muy rígidos”.
Por ello, alentó de nuevo a poner “todos los medios para que no se vuelva a producir” y defendió asimismo el dispositivo policial ejecutado, porque de lo contrario “esos bárbaros la hubieran armado mucho más de lo que lo hicieron con sus cánticos lamentables”.
“No hay dispositivo que valga” ante el macrobotellón
En cuanto al otro acontecimiento polémico del fin de semana en Madrid, en relación al macrobotellón que congregó el viernes a 25.000 personas en Ciudad Universitaria, Martínez-Almeida criticó la “falta de civismo” que supone dejar “toda aquella zona con basura como la dejaron”.
“No hay que estigmatizar a la juventud, pero los que participaron deberían reflexionar sobre si hicieron bien y se comportaron con el compromiso que la sociedad debería tener”, continuó esgrimiendo el alcalde de Madrid, afirmando en todo caso que la Policía Municipal “hizo lo que tenía que hacer” porque “no se puede disolver un botellón de 25.000 personas sin que se produzcan incidentes lamentables”.
Aseguró asimismo que el botellón “no se convocó por redes y no teníamos advertencia previa”, defendiendo de nuevo la actuación de la Policía Municipal porque a pesar de que Madrid cuenta con un dispositivo antibotellones, ante uno de 25.000 personas “no hay dispositivo que valga”, concluyó.