La fachada de Santa María de la Catedral de Burgos lucirá unas nuevas puertas de bronce con motivo de la celebración de su octavo centenario. Las firmará el artista burgalés Antonio López, que trabaja ya en este elemento que quedará instalado unas semanas antes del 20 de julio de 2021, fecha en la que se cumplen los 800 años desde la colocación de la primera piedra del templo.
La presentación, que tuvo lugar en la Capilla de los Condestables del templo burgalés, contó con la presencia del arzobispo de Burgos y presidente de la Fundación VIII Centenario de la Catedral de Burgo. 2021, Fidel Herráez; el vicepresidente de la misma, Antonio Méndez Pozo; el presidente del Cabildo Catedralicio, Pablo González; el delegado diocesano de Patrimonio, Juan Álvarez Quevedo, y el presidente del Consejo Asesor de la Fundación, René Payo, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Burgos, que explicó que la propuesta de Antonio López se basa en un tríptico con el que se busca “recuperar en gran medida la iconografía de lo que fue la portada original de Santa María”.
En este sentido, recordó que desde finales del siglo XVIII no ha habido ninguna aportación artística relevante en la Catedral, por lo que consideran que la celebración del 800 aniversario del templo es un “momento” para aportar algo que sirva como recuerdo de esta especial fecha.
Según explicó Juan Álvarez Quevedo, se trata de una acción que pretenden que sea “un hito, un emblema de la celebración del VIII Centenario”, y que perdure en la “memoria histórica”. Además señaló que se trata de un recuerdo para “recuperar y hacer valer el arte moderno en la Catedral”. El delegado diocesano de Patrimonio quiso recordar al respecto que durante el séptimo centenario del templo fueron trasladados los restos del Cid Campeador a una tumba situada bajo el cimborrio de la Catedral.

De esta forma, la obra de López se unirá a la de otros grandes artistas y escultores de los siglos XIII y XVI, como Gil y Diego Siloé y Felipe Bigarny, cuyas obras forman parte de la seo burgalesa. El conjunto de tres puertas, que representarán a Dios Padre, la Virgen y el niño Dios, se unificarán gracias a un gran friso que mostrará el skyline de la ciudad, evocando a su vez el misterio de la Encarnación.
La imagen de la Virgen María está inspirada en un retrato realizado por Antonio López a su hija María, la cabeza central se basa en una escultura realizada por el autor y que representa el rostro de Dios; y por último, en la tercera puerta se incorpora una imagen del Niño Jesús, basada en una imagen del nieto del propio artista, que forma parte de las imágenes de su estudio. Asimismo el jardín que aparece en la imagen, y que representa El Paraíso perdido está inspirado su vez en el jardín de López.
Durante la presentación, los expertos explicaron que consideran que esta intervención mejorará la portada, completará la iconografía, enriquecerá el templo, y no supondrá una transformación estructural. Asimismo, tanto Quevedo como Payo subrayaron que se trata de un proyecto “reversible”, y que en el caso de “no quedar bien, se quitarán”. Además afirmaron que el proyecto respetará el cancel interno ideado por el arquitecto Vicente Lampérez y se integrará en el conjunto, de modo que el templo amortiguará el posible impacto visual.
“Introducir una obra de arte conlleva riesgos. Por ello apostamos por un artista como Antonio López”, destacó el arzobispo y presidente de la Fundación sobre uno de los artistas españoles más reconocidos a nivel internacional y que fue Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1985.
Payo explicó además que cuando le propusieron la idea a Antonio López, este le comentó que lo llevaría a cabo, pero que el proyecto tenía que ser “creativo y de carácter personal”. “Se sentía en la obligación de aportar algo nuevo a la Catedral”, añadió Payo. Por ello, desde el primer momento el artista empezó a desarrollar diferentes bocetos, y aún a día de hoy continúa haciendo diferentes pruebas.
Intervenciones contemporáneas en edificios históricos
Esta intervención “convertirá ese espacio, la plaza de Santa María, en una nueva realidad catequética e, incluso, turística”, aseveró Herráez. De hecho, las actuales puertas, que según indicaron “carecen de valor artístico” y que además de presentar un alto grado de deterioro no figuran en un ningún catálogo de bienes de interés, pero se conservarán en un museo.
La fachada principal sufrió “un proceso de mutilación” por el que perdió su portada gótica por otra neoclásica a la que se añadieron algunos guiños góticos y unas esculturas del siglo XVIII, añadióo Payo. Las obras de Fernando González de Lara eliminaron el pórtico original y el conjunto estatuario, de modo que el aspecto de Santa María sería similar a la portada de la fachada principal de la catedral de León.
Por otro lado, Herráez, Payo y Álvarez recordaron que este tipo de intervenciones de artistas contemporáneos en edificios históricos no es una novedad, ofreciendo ejemplos similares en diferentes edificios de todo el mundo. La catedral de Reims es uno de ellos, con unas nuevas vidrieras de Imi Knoebel por su octavo centenario, o las puertas que Giacomo Manzù diseñó para la basílica de San Pedro del Vaticano. Asimismo recordaron que la propuesta para las nuevas puertas de la fachada de Santa María deberá ser aprobada por la Comisión Regional de Patrimonio.