La ciudad de Salamanca se convierte esta semana en capital del jazz en España con la celebración de su primer Festival Internacional de Jazz, una iniciativa surgida con motivo de la conmemoración del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca pero que espera mantenerse con la idea de convertirse en “referencia” del género “por los espacios patrimoniales” donde se celebra.
Así lo reveló, en la rueda de prensa de presentación del evento, el concejal de Cultura y Turismo de Salamanca, Julio López, que mostró su deseo porque el Festival Internacional de Jazz “no sea flor de un día ni de un año” y que “se pueda repetir en el futuro”, tras la dedicatoria este año al VIII Centenario de la Usal como forma de “vincular una actividad musical de calidad al patrimonio”. Todo ello con el objetivo de “llevar más allá la imagen de Salamanca”.
López agradeció al productor Jordi Suñol y al músico Fernando Viñals la conformación de un cartel de artistas “que cumple las expectativas de todos los amantes del jazz, que van a tener una oportunidad de oro de ver lo mejor que se está haciendo en el panorama actual de forma gratuita y en un espacio como el Patio de Escuelas” a partir de las 22.30 horas.
Y es que aunque el recinto universitario al aire libre será el escenario de la primera edición del Festival Internacional de Jazz de Salamanca, “la idea de futuro es que este festival pueda ser una referencia, además de por los nombres, por los espacios donde se hace, algo que no se podrá ver en otras ciudades”, y por lo que se buscarán diferentes enclaves patrimoniales para celebrarlo, siempre con “alternativas” en espacios cerrados por si hubiese inclemencias meteorológicas.
Para esta primera edición, se conformó un “programa variado” con “amplitud” en los estilos dentro del jazz para “llegar a todos los corazones”, según explicó el músico Fernando Viñals. Así, el Festival Internacional de Jazz de Salamanca comenzará el martes 10 de julio con el concierto de Jesse Davis, referencia actual del ‘bebop’ tan característico de mitos del género como Charlie Parker, que estará acompañado por el Fred Nardin Trío.
El jueves 12 de julio será el turno de la mixtura entre jazz y flamenco con el concierto de Carles Benavent Trío acompañado de Tomasito, mientras que los ritmos cubanos del pianista Iván ‘Melon’ Lewis y The Cuban Swing Express cerrarán el ciclo el próximo 14 de julio.
Mención aparte merecen las dos principales actuaciones del festival. Por un lado, la cantante estadounidense Cécile McLorin, referencia vocal actual del género y seguidora de grandes voces del jazz como Billie Holiday o Sarah Vaughan, actuará el 11 de julio junto a, previsiblemente, The Aaron Diehl Trío, si bien los problemas de salud de Diehl podrían provocar un cambio en los acompañantes de última hora.
Por otro lado, el viernes 13 de julio “uno de los pocos músicos que quedan vivos y en activo” de la generación que fue “la base del jazz”, el saxofonista Benny Golson, ofrecerá un concierto junto a su cuarteto a los 89 años de edad, edad a la que, sin embargo, se encuentra en “un estado físico y musical increíble, conservando todas sus facultades”, explicó el otro gran organizador del primer Festival Internacional de Jazz de Salamanca, Jordi Suñol.
El propio Suñol explicó que “cuando se habla de jazz, hay muchos estilos bajo la misma etiqueta” y que es “raro” que al público seguidor del género “le gusten todos los estilos de jazz”. “Por eso hemos intentado diversificar la programación, para llegar a todos los tipos de público desde el jazz más puro, neoyorquino y original, interpretado por jóvenes como Jesse Davis o veteranos como Benny Golson, a los toques cubanos de ‘Melón’ o los flamencos de Tomasito”, sentenció.
Vivir del jazz
También se refirió Jordi Suñol a la posibilidad de vivir del jazz en España. Tras bromear afirmando que había “oído decir que sí”, explicó que, en su caso particular, es “un privilegiado que lleva casi 50 años viviendo de su ‘hobby’” pero que, hoy en día, “sí se puede vivir del jazz porque estamos en un mercado global” en el que, en su caso, trabaja “desde Turquía a Colombia, pasando por Senegal”.
“Los gustos no difieren entre países porque el mundo de hoy es global”, continuó Suñol, quien afirmó que, independientemente del país, “hay gente a la que le interesa el jazz muy creativo, el último grito en invenciones armónicas, mientras que otros prefieren el jazz más melódico, el más clásico, y luego hay gente a la que le gustan más los híbridos con otros estilos de música”. No obstante, el productor musical sí reclamó una “ley de mecenazgo que funcione bien” en España para que el jazz crezca en el país. “Con eso es suficiente”, concluyó.